No se si os lo he contado alguna vez, pero el montañero es biólogo y científico … es uno de esos que aparecen en los informativos que se van lejos de su país porque en nuestra tierra no hay muchas posibilidades de trabajar de lo suyo.
Lo malo de esto es tener lejos la familia, que tus sobrinos no crezcan junto a tu peque, andar siempre con la maleta a cuestas, en casas de alquiler o sin ninguna estabilidad.
Aunque la parte bonita es que viajamos mucho, conocemos otros países y culturas y coleccionamos anécdotas e historias (elefantes, volcanes, cabañas sin electricidad y arañas peludas que aún me persiguen en sueños).
El caso es que cada vez que nos movemos, yo tengo que aprender el idioma (él montañero los lleva incorporados de serie) buscar un nuevo trabajo y en cuanto estoy medio adaptada … nos atacan de nuevo las maletas que estaban agazapadas en un rincón y toca empezar de nuevo.
Si pudiese pedir un deseo, además de una casa de madera en medio del bosque, tengo claro que pediría un trabajo que pudiese meter en mi mochila y que me acompañase allá donde vayamos …
Y la casa no, pero señoras y señores, me lío la manta a la cabeza y les presento:
Ahora mismo es un sueño, muchas horas de trabajo y papeles por todos sitios, aunque espero poder presentarlo como se merece en breve.
Tengo el salón de la casa-ratonera llena de cajas, sobres, papeles y sobres … ahora sólo falta que los gusanos de mi estómago, que están de fiesta por la emoción, me dejen trabajar un rato y conseguir una empresa de mensajería “apañá” para poder enviar desde Francia.
¿Alguna sugerencia?
Hasta me he planteado contratar un montón de burritos peludos y empezar a repartir yo misma … seguro que somos mas rápidos que el servicio de La Poste!
Uf! Creo que se me va la pinza por momentos –
Hasta ahora sólo diseñaba productos para mis amigos mas cercanos, algunas tiendas especializadas de Francia o para encargos especiales. Pero el día que me llegue el primer pedido oficial a mi propia tienda, me da algo de la alegría.
Y la verdad es que no podía aguantarme las ganas de contarlo … Señoras y señores, me lanzo a la piscina! Y no he mirado si tiene agua, jajaja
